Poemas y otras fantasías.

Os invito a visitar el blog de Poemas y otras fantasías. El enlace lo tenéis más abajo. Espero que os guste.

domingo, 17 de octubre de 2010

Rabia.



Todavía sigo aquí, perdida, sin saber qué hacer o hacia dónde dirigirme. No tengo fuerzas para cerrar el blog, tampoco para empezar a escribir en el nuevo proyecto que inicié. Por un lado, no puedo quejarme de cómo me han ido las cosas en este tiempo. Por otro, me siento tan vacía que nada me satisface. He empezado a despegar con un nuevo trabajo (todavía inseguro), que me da fuerzas para levantarme cada día; aunque termine completamente agotada por las noches. Eso me ha traído una cierta seguridad económica, pero sigo sintiéndome vacía…
Tengo las ilusiones rotas, también el corazón. Vestigios de historias que nunca llegaron a ser. Arañazos en el alma, porque el cuerpo se recupera. Sigo lamentándome de lo vano de mis sueños rotos, de no sentirme llena ni siquiera por los gratos momentos, de tener la sensación de nunca haberlos vivido, de tiempo perdido, de vida perdida…
Hoy me han dicho que mi mano muestra que un amor me llega pero no estará a mi lado. He pensado que es lo mismo de siempre. Saltar y sentirme en pleno vuelo por unos instantes, para después caer al suelo.
Unos pensarán que debo agradecer y guardar en la memoria lo bonito de cada minuto de gozo, pero yo les digo que ya me he cansado de rozar lo intangible. No quiero volver a ver, ni a escuchar, ni a leer palabras que NUNCA serán para mi. ¿Egoísta? SI, en mayúsculas. Porque me he hartado de inseguridades, de esperanzas, de “tranquila, que ya llegará tu momento”. Hoy, ahora, ya: me siento impaciente, exijo lo que tanto llevo pidiendo.
Hoy me he dado cuenta de que me usan, mejor dicho, dejo que me usen… Y quiero rebelarme. Y si me tachan de ególatra, ¡qué me importa!. Yo también tengo mi lado oscuro, mi mal genio, mi mal “llevar la vida”. Hoy estoy hastiada. Hoy no me siento feliz siendo como soy, ni sintiendo como soy, ni habiendo permitido que pasaran cosas que han pasado… Me siento utilizada, engañada, por humanos y por el destino. Hoy no quisiera ser, no quisiera haber sentido, haberme dejado llevar por los instintos, haberme forjado sueños fútiles, haber creído que había amor dónde nunca hubo más que desierto.
Hoy he llorado de impotencia por ser como soy: Azul, tal vez, desteñido…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nada como conocerse a uno mismo para saber por dónde andarse. La vida es el cuento cuyo final, aunque no nos lo creamos, lo ponemos nosotros.

María dijo...

Siento responderle esto, amigo Anónimo, me ha pillado en horas bajas: La vida es un cuento, tan cuento... que ya no me lo creo en ninguna de sus versiones. Todo son palabras y más palabras. Me habré vuelto devota de Sto. Tomás.
Espero estar mejor quizá en otro capitulo de esta vida de cuento.