Poemas y otras fantasías.

Os invito a visitar el blog de Poemas y otras fantasías. El enlace lo tenéis más abajo. Espero que os guste.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Conclusión




Se dice que se “pilla antes a un mentiroso que a un cojo”, y es cierto. Cuando somos niños nos pierde la forma en que decimos la mentira, en la adolescencia la banalidad con la que tomamos la verdad; ya en la madurez, es nuestra propia cojera la que nos delata.
Las mujeres solemos caer en las redes del amor fácilmente, y es evidente que salimos escaldadas y heridas. Y aunque a los hombres también les pasa, no suele ser tan habitual. Digo esto porque ser victima de engaños no es tan raro como creemos. Somos separadas, venimos de un desengaño o de una traición; todavía creemos en el amor. ¡Pobres ilusas!
He estado un tiempo guardando un bonito recuerdo que, finalmente, se ha desvanecido en una absoluta decepción. Era lógico que cayera del pedestal. Había un gran abismo, principalmente a nivel humano. Duro muy poco y siempre supe que no era viable, pero me gustaba recordarlo. Una sabe cuando un hombre siente algo por ella. Se nota en la piel. Y él no sentía nada por mí, lo pude constatar; pero soñar es gratis y ¿por qué no?... No le debo cuentas a nadie. Despertar y saber que todo ha terminado es sencillo, aunque te queda la esperanza de volverte a dormir y seguir disfrutando. Lo malo es caerse de la cama. Fijo que él que está a tu lado se ríe. Yo también lo haría.
Cualquier excusa es buena para “abandonar” a tu pareja: que tengo una enfermedad incurable y no quiero que sufras por mí, que lo nuestro no puede ser porque estamos lejos, que no estoy preparado para una relación así, que estoy harto de aguantarte, que tengo la “pitopaúsia” solo contigo. ¡Aisss, si habláramos de caídas!
Lo mejor de todo es mirarte al espejo después de todas estas cosas y decirte: ¡Genial, estoy guapísima!... Y sonreír ampliamente. Pensar que todo te ha servido para CRECER, para llenarte de experiencias, para limpiar tus ojos con esas lágrimas, para conocer a la gente y sus limitaciones… Porque hay gente limitada que no sabe vivir sin dañar, sin burla, sin engaño, creyéndose “grandes”; cuando la realidad es que el tiempo y ellos mismos se ponen a descubierto. Una pena.
Por cierto, no me duele todo lo vivido, al contrario; estoy orgullosa de haber aprendido mucho, sobre todo de mis errores. Cada mañana me levanto alegre, no tengo pereza para ir a mi trabajo, me siento plena, disfruto de la vida, de amores que valen la pena, de proyectos de futuro que están en mis manos… y de recuerdos, porque la mente humana se ha hecho para recordar. Falta saber si los recuerdos de algunas personas habrán valido la pena al final de sus días. Los míos, con todas sus consecuencias, estoy segura de que sí.

lunes, 2 de mayo de 2011

Ayer...




Ayer me acordé de ti. Recuerdo lo que te gustaban las hortensias. Te regalé una un Día de la Madre. Me hubiera gustado que vivieras para volverte a regalar una de ellas. Hoy ha sido un día normal. Solo un amigo me ha felicitado, ni siquiera mis hijos. ¡Para que veas lo raro que es el mundo ahora!
Contarte que ya he empezado a arreglar la casa, que en cuanto pueda me iré a vivir allí… Que pronto estaremos juntas, porque permaneces en ella, me has esperado. Hoy me duelen mucho las manos. Ayer estuve quitando ladrillos y me golpeé varias veces. Soy torpe. Así que terminé dolorida, magullada, pero satisfecha. Mis amigos me han reñido, porque saben que este esfuerzo me pasará factura. Y así ha sido.
En estos últimos meses mi vida ha dado muchas vueltas. Estoy intentando dejar un poco resuelta la vida de los chicos, antes de marcharme. Será un proyecto que tendrán que superar por ellos mismos, pero ya hemos dado los primeros pasos. Creo que va a ser una gran prueba para todos. Aún así espero que sean fuertes y maduren con él.
Por mi parte, decirte que he comprendido que no puedo seguir siendo confiada, permisiva y sumisa. He creído en la amistad, pero todo ha sido hipocresía. He confiado en las personas, pero se han vuelto crueles. Ha sido decepcionante. Nunca entenderé por qué han actuado así. Si es su forma de “ser humanos”, no quiero imaginar cuál será su cara irracional. La gente se cree con derecho a hacer daño porque sí, pensando que con eso actúan correctamente; cuando en realidad lo único que muestran es el lado oscuro de sus conciencias.
He decidido seguir caminando sola, aunque con ello me aísle de esta sociedad que nada me aporta. Sigo creyendo en la poca gente verdadera que me rodea, en las personas que tocan mis manos para aliviarme el dolor, a las que les reconforta unas palabras dichas con el corazón, a las que me hacen sonreír, a las que necesitan mi abrazo… Y en ti, madre, porque ayer me acorde de tu mirada.