Poemas y otras fantasías.

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sábado, 4 de diciembre de 2010

Esfuerzo.




No sé si el dinero que he cobrado es la paga por todo el esfuerzo que he hecho durante este mes. Cierto que es mi sueldo, me lo he ganado trabajando once horas diarias; con apenas una hora para comer. He vivido todas esas horas intensamente, esforzándome al máximo. He reído, llorado, he pensado en lo injusto del trato de algún superior… pero he conseguido un buen salario, además de la unión con mis compañeros. Y, ¿cuál es el premio a tanto esfuerzo? Tener asegurado el mantenimiento de mi familia un par de meses, los recibos de agua, luz, teléfono, etc.…Y, sin embargo, sigo sintiéndome vacía.
Sumergirse en el trabajo no es la mejor vía de escape a esta sensación. Las horas trabajadas sirven para dispersarme, pero el resto del tiempo que me he mantenido despierta (el cansancio me vencía al volver a casa), no ha evitado los recuerdos. Cada mañana ha sido matemáticamente idéntica: despertar temprano, aseo, desayuno y una pastilla para el dolor. Volver a casa, comer y otro comprimido para volver a trabajar en la tarde. Nada de eso evitaba los dolores nocturnos.
Se ha terminado la “campaña de navidad”, así que volveremos a la rutina de al principio. No me importaría seguir trabajando tantas horas hasta caer extenuada, con tal de no tener tiempo para recordar. Tal vez, me pase factura en breve, pero el esfuerzo ha ayudado a que pase el tiempo de manera más rápida; acelerando un olvido leve.
Ahora tengo unos días por delante para descansar. Espero poder hacerlo. He comprobado que el esfuerzo físico tiene su recompensa económica, pero el dinero no llena una vida. Mi vida… Por eso grito, por eso escondo mi cara entre mis rodillas; como un patético avestruz. Sólo que no tengo plumas, ni patas largas para correr en caso de necesidad. Aunque dudo mucho que pueda hacerlo después de tantos días de pie. Cambiaría todo por estar unas horas sentada frente al mar, escondiendo mi cara en mis piernas, oyendo sólo el ir y venir de las olas y mirando de soslayo al horizonte para confirmar que el Gran Azul sigue ahí… esperándome.

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