
Tengo las manos dormidas… Me duele la espalda, el cuerpo… Supongo que tendré una crisis acrecentada con el exceso de trabajo. Hoy ha sido un día de sofá y descanso, aún así… Tengo las manos dormidas. Mi cerebro va tan deprisa que me cuesta canalizar los pensamientos. Se agolpan y me duele la cabeza. Me gustaría sacar tiempo para escribir, pero lo aprovecho para descansar. Demasiadas horas trabajando. Así no pienso, no siento. Soy una mula atada al molino, dando vueltas y vueltas.
Estoy encapsulándome, protegiéndome; haciendo del hermetismo un refugio. Hora de hibernar frente a todo. Sólo dos contactos: familia y trabajo. El resto, el mundo: aparcado. No quiero contacto, no quiero que me roce, que me despierte. Tengo sueño. Con ello no quiero decir que esperaré a que llegue la primavera, simplemente no espero. Sólo trabajo y mis hijos.
Estoy encapsulándome, protegiéndome; haciendo del hermetismo un refugio. Hora de hibernar frente a todo. Sólo dos contactos: familia y trabajo. El resto, el mundo: aparcado. No quiero contacto, no quiero que me roce, que me despierte. Tengo sueño. Con ello no quiero decir que esperaré a que llegue la primavera, simplemente no espero. Sólo trabajo y mis hijos.
Me duelen las manos, las tengo dormidas. No siento el roce de la piel, sólo el hormigueo que viene y va. Y tengo sueño, mucho sueño.